
La incertidumbre puede ser transformada en sabiduría.
Me vienen muchas imágenes a la mente. De charlas, de instantes, de silencios, de formas. Y estar en la línea, en un límite delgado, en el borde, al final del camino, se retribuye. Quiero decir que puedo transmitir ciertas formas de ver que le sirven a mis seres queridos. No siempre estoy seguro, y me cuestiono constantemente y dudo y la incertidumbre me consume, pero en algún momento, al final de algún pequeño camino, sirve. Le ayuda a alguien.Esta vez la charla fue con mi hermano. Después de su recital el sábado, con su grupo, al que tanto le puso estos últimos meses, tuvo algo así como un “agudo ataque de angustia”. Claro que la gente en general va a decir “seguro que comiste algo que te hizo mal” y el médico recetará Nicoglitiricina Magnesiana o algo así para que el dolor cese. Desde ayer con el dolor, hoy llegó al laburo con lo mismo. Tanta emoción contenida, tantos nervios, tanta expectativa por ese ansiado momento de exposición y además la presencia de mis viejos, separados (desde hace ya como 10 años) y con sus respectivas parejas, uno en cada punta del bar, tanta cosa, para nada causante del dolor estomacal, por algún lado tenía que salir. Pero no, “tomaste mucha agua mientras cantabas” fue un diagnóstico. Y en realidad podríamos decir que en el estado de nervios que estaba ese cuerpo todo pudo haberle afectado. Entonces nos fuimos al río. Entonces charlamos un rato. Un largo silencio, ver el río, el agua corriendo, el cielo azul furioso, los pajaritos, la tierra, las ramas, eso calma bastante. Ustedes piensan demasiado las cosas, me decía con respecto a mí y el grupejo (Bene, Ale, el extraño núcleo que formamos), analizan todo mucho. Hay que hacer. Ok, estoy de acuerdo, hay que hacer, pero ¿a que precio? ¿Un recital cuesta una úlcera o una gastritis? ¿Un negocio cuesta un cáncer? ¿No tomar vacaciones cuesta un ataque cardíaco?
Me pasa que dudo tanto, que mis más profundas convicciones se ponen en la línea. Y las olvido o las dejo olvidadas. Pero cuando pasan este tipo de cosas me convenzo. La incertidumbre a veces es sabia o se transforma en conocimiento.
El cuerpo avisa de los tiempos. El cuerpo te habla y te dice si estás acelerado o no. Si estás al caño, si no podés parar. Mi hermano no pudo tomarse vacaciones, hace años que no camina (porque el auto es el auto). Yo tampoco soy un gran ejemplo de salud. Me falta mejorar muchas cosas, pero en eso ando. Apurado no. Tratando de respetar lo menos posible los horarios, que si te descuidás te manejan la vida.Ojalá que esa tardecita en el río haya sido productiva. Ya lo es, para mí y para él. Salud.
Tómalo con calma, la cosa es así, ya se hizo de noche, me tengo que ir.