martes, mayo 09, 2006

En las palabras

Estoy en las palabras. En esta era donde todo está en lo material (y yo, claro, también lo estoy) se me está dando por estar en las palabras. Más que nada porque acá, transmito. Quiero decir que me siento bien acá, en las palabras, pero porque en lo material también me encuentro. En lo material y en la relación con el otro. Con los amigos, con la gente querida, con el amor que uno da cuando puede expandirse. Estoy en expansión.Una tarde de frío, en el sol. Una charla y un mate, un té. El abrazo, el saludo, la distancia cercana, puedo ver. El intercambio, el dar. Es posible vivir mejor cada vez. No tengo dudas. Buscar la forma es lo complejo, las trabas del sistema, de lo social, de los miedos y las inseguridades que se perciben diariamente en el mundo. Pero es posible, y esta vez el pero es positivo. Se pueden cambiar las pequeñas cosas.
Las palabras me ayudan, cada vez más, viajo
y digo, en las palabras. Es templado el clima acá. Me agrada. Cuando se una aún más la acción con las palabras, será la explosión definitiva, y pienso estar vivo para disfrutarlo.

(no estoy demasiado convencido de lo que acabo de publicar, sin embargo, lo voy a dejar unos días, para ver que se siente)

miércoles, mayo 03, 2006

La base es la Mitocondria (simple rabbit) Cocorocó

Una reflexión sobre la lectura y el dolor.

A través del dolor uno nace. El dolor físico es uno de los límites más insensatos del cuerpo. Al vez lo más coherente sería el dolor del alma, la angustia (no recuerdo ahora el término alemán). El dolor es la causa y el efecto. Se llega al dolor por un motivo (claro o no claro). Se puede llegar al dolor por diversos caminos, así como se llega a la lectura. Leer es un acto de dolor. Porque se pierde algo, hay una muerte, lo escrito te mete en lo escrito. Pero en el instante posterior, lo escrito te abre el paraguas simbólico y llueven formas y montañas.

Lo escrito es un límite, tanto como el dolor. Pero ambos son el inicio de algo nuevo. Después del dolor llega el sosiego y una nueva reflexión. Después de la lectura llega la locura y tal vez más tarde el sosiego. Depende que libro. Depende que dolor.

No sé exactamente en que puedo ubicar ciertos pensamientos, ciertas reflexiones. Los límites desaparecen. No existen. La palabra escrita resulta ser un universo inexplorado hasta que alguien lo hace vivo, con su sonido particular (el sonido de la mente), con las imágenes más absurdas. Hoy, mientras leía un artículo de un diario que no viene al caso nombrar (y sin embargo aquí hago una referencia notoria acerca del diario), pensaba en otro nivel. Leía, entendía, asimilaba pero no lo registraba en ese instante y otro plano de mi pensamiento se filtraba. Estaba escribiendo. En ese momento estaba escribiendo esto que en este instante escribo, pero que en realidad ya había escrito. De algún modo lo mismo pasa con el dolor. El dolor que siento en este instante, un dolor físico (otra muela), el dolor que sentí más temprano mientras unas pinzas enormes… ese dolor de la tarde, ese pensamiento de la mañana, estaban generando esto que está sucediendo a medida que cada tecla es presionada. Y mientras escribo, esto, ahora (el mañana del lector, o presente) estoy escribiendo otra cosa. Mi pensamiento está generando otra cosa en otro nivel. El dolor y la lectura son cadenas. No cadenas que atan, sino sucesiones. Constantes dominós que van empujándose.

No llego a entenderme a veces. Pero hay un camino. Una senda que a medida que pasa el tiempo se señaliza más. Uno llega a estar convencido de algo en algún momento. Eso puede ser lo peligroso. Por eso lo interesante es la búsqueda, la curiosidad.Dos factores influyen notablemente en lo que antes decía referido a la lectura y al dolor. Uno es el tiempo, la imposibilidad de determinar si esto que leo o sufro ahora está, efectivamente ocurriendo ahora, o sucedió en otra época. Ni el dolor ni la lectura (y lectura debe leerse como algo más general, justamente) son temporales. Ocurren todo el tiempo en distintos tiempos. El otro factor lo olvidé, pero aparece un tercero. El porqué de la necesidad de determinar. O sea, ese impulso casi inmediato de medir.Para terminar esto que acaba de empezar (porque es un dolor) y tratar de cerrar esto que recién se abre (porque es una lectura) debo decir que esto fue escrito y dolido el fin de semana. Sin contar tantas otros momentos en los que se fue forjando.

Tal vez si los seres humanos tuviéramos la capacidad de desunir para ver mejor. O sea, dejar de pensar en unidades / individualidades / compartimentos / medidas y nos abramos al abanico infinito de posibilidades, podamos comprender algún día que el universo es homogeneidad diversificada y que la lectura es dolor y el dolor es tiempo y el tiempo es árbol y el sol es tierra y la mujer es madre y el viento es estrella y el hombre es pan y el cielo es agua y el sol es piedra.

Ahora mi narcisismo hace que quiera verme bien en esta foro que adjunto. Aunque amigos, me estoy quedando pelado. La puta que lo parió (el sol es piedra las nubes arrastran el sol las paredes atajan el viento se me están volando las chapas, dos empanadas dos de carne, dos de humita por favor y para ti Juan Ignacio, para mí traéme dos, grande Casero Alfredo pensador carajo)